la vida de FRANZ FRICHARD

«Mi templo es el desierto que de noche se extiende sobre la barra de una taberna. En él confieso mis pecados al silencio, mientras un dios sin trabajo abandona esta iglesia sin pórtico en busca de los hombres. Me persigno con el rastro que deja la cerveza sobre el mármol. Confieso a la soledad que mi vicio fue vivir sin ella, que el único cuerpo que conocerá mi boca será el tuyo, mientras dos ángeles con sus alas rotas, ocultarán este encuentro al tiempo, en el que palabra siempre será para nosotros todo aquello que está por llegar»

“Si cierras los ojos eres de noche”