“Las aceras de esta ciudad son algo parecido a una metáfora de la vida, a la cicatriz que siempre se recuerda. Solo aquí, al recorrer sus calles, sabes que tú eres la herida que serpentea esquivando las minas de la muerte, ocultas bajo las hojas de otoño, y que aprendió de la infancia consagrada solo a juegos inmortales. (…)
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(Montevideo 21 de junio de 2019)